Cuando me propuse llegar a cada rincón de la ciudad para hablar desde la verdad tenía claro que la prioridad era, es y siempre será la ciudadanía.
La historia de los hermanos Padrón no deja de ser reflejo de muchos ciudadanos que llegan y se encuentran con una realidad sobrevenida. La tierra prometida se convierte en un infierno.
Los Padrón han sido una conocida familia de mecánicos desde tiempos inmemoriales y la generación actual ve truncada las posibilidades de continuar con el negocio familiar.
La falta de trabajo, el abusivo precio del alquiler y sobretodo la enorme cantidad de población que la ciudad tiene que absorber se han convertido en los grandes problemas de personas como éstas, que ven como sus sueños desaparecen por una institución pública incapaz de hacerse cargo de los problemas más simples.
Desde DiarioTenderete hemos realizado una encuesta sobre la población local y los datos son alarmantes; jóvenes que buscan tener su propio negocio pero la economía no lo permite y el trabajo escasea, personas que debido a su edad les cuesta entrar en el mundo laboral y ser competitivos. Y en definitiva, personas que acaban sus días mendigando, durmiendo en un banco del parque y agachando la cabeza ante un sistema social que no funciona.